No llegaste tarde, llegaste cuando te tocaba

Hay momentos en los que parece que la vida va más rápido que una misma.

Como si el tren importante ya hubiera salido de la estación.

Como si te hubieras perdido algo grande.

Una decisión.

Una etapa.

Una oportunidad.

Y ahí aparece esa sensación.

Esa que te dice bajito (pero molesta mucho):

"Ya es tarde para ti."

Tarde para empezar algo nuevo.

Tarde para atreverte con lo que sueñas.

Tarde para cambiar de rumbo.

Tarde para enamorarte, para mudarte, para reinventarte.

A veces, esa idea se activa cuando miras alrededor.

Cuando parece que todo el mundo ya tiene claras sus respuestas, sus planes, sus certezas.

Y tú… sigues preguntándote cosas.

Otras veces, esa sensación aparece en silencio, sin comparaciones, solo tú contigo.

Como si hubiera una versión de ti que no llegaste a ser… y te estuviera esperando en algún lugar del pasado.

Pero te voy a contar algo que he ido entendiendo con los años:

No existe tal cosa como “llegar tarde” cuando hablamos del alma.

No hay relojes para los procesos profundos.

Ni trenes únicos e irrepetibles para quienes se atreven a buscarse de verdad.

Quizás no era el momento antes.

Quizás ahora sabes cosas que antes no sabías.

Quizás el “tarde” no es más que un juicio aprendido que te aleja de vivir lo que aún puedes vivir.

Lo que sí hay… es tiempo.

Tiempo para volver a mirar lo que dejaste aparcado.

Tiempo para moverte en una dirección que hoy sí resuena.

Tiempo para abrazar lo que en otro momento no supiste sostener.

No hay un guion perfecto para ser feliz.

Ni edad exacta para despertar. Cada historia tiene su ritmo. Y el tuyo es tan válido como el de cualquiera.

Hay vidas que florecen más tarde.

Y eso no las hace menos bellas. De hecho, a veces florecen más fuerte.

No llegaste tarde.

Llegaste con todo lo que eres.

Con toda tu experiencia.

Con todas tus heridas y tus ganas intactas.

Y eso, créeme, también tiene una fuerza inmensa.

A veces la vida no llega cuando la esperas, sino cuando estás lista para recibirla.

¿Alguna vez has sentido que llegabas tarde a algo importante para ti?

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